
La citología cervical es una de las pruebas ginecológicas principales en la prevención del cáncer de cérvix, ya que permite detectar anomalías en el cuello del útero de forma temprana y, de esta forma, diagnosticar precozmente este tipo de cáncer en las fases iniciales.
La citología no es una prueba dolorosa, pero sí puede causar cierta incomodidad y sensación de molestia. Igualmente, la citología vaginal es una prueba segura. El único efecto secundario posible es que puede provocar leves sangrados, aunque ocurre con muy poca frecuencia.
